jueves, 20 de enero de 2011

CLEROFASCISMO: FE POLÍTICO-RELIGIOSA/MESIÁNICA EN EL S. XX

Por Fabián Granobles Ocampo
¿Qué es el fascismo y el clerofascismo? ¿Qué influencias tuvieron las grandes instituciones religiosas de occidente, como la iglesia católica y el protestantismo; o el Islam, por parte de Oriente? la parte de la historia de las ideologías de odio en el siglo XX, de las que nunca supimos nada, ahora Fabián Granobles, nos revela, en este escrito, sencillo pero altamente informativo, sobre lo que nunca supimos de la Alemania Nazi, el Fascismo de Mussolini, el Franquismo español de Francisco Franco, y su relación con la idea de superioridad racial, étnica, cultural, política; así como el uso de la religión, el misticismo, el esoterismo, la superstición  y el culto a la personalidad para el dominio de las masas. Un ensayo digno de leer mas de una vez, acompañado con imágenes que demuestran la relación de dictaduras fascistas y líderes religiosos.Daniel Galarza Santiago

El clerofascismo es una ideología político-religiosa basada en la relación estrecha y de cooperación entre religión y Estado, proponiendo un proyecto de unidad monolítica denominado “corporativismo”, por ello exalta la idea de nación, de raza y de religión (las cuales se entremezclan y confunden) frente a la de individuo o clase, suprime las discrepancias socio-políticas, culturales y regionalistas en beneficio de un Partido Único y Centralizado, liderado por un Líder Carismático; y propone como ideal la construcción de una utópica sociedad perfecta, denominada “cuerpo social”, formado por cuerpos intermedios y sus representantes (patronales, sindicales, burocráticas, militares, religiosas, regionales) unificados por el Gobierno Central, y que este designaba para representar a las sociedad. Para ello inculca la “obediencia de las masas” (idealizadas como protagonistas del régimen) para formar una sola entidad u órgano socio-político-económico-religioso-moral indivisible. Utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación, la religión y el carisma de un Líder Dictatorial en el que se concentra todo el poder con el propósito de conducir en una sola unidad al denominado “cuerpo social de la nación”. El término “Clero-Fascismo” (en alemán, “Klerofaschismus”) fue usado por Kurt von Schuschnigg para describir su política. EngelbertDollfuss usó el término antes que von Schuschnigg para describirse a sí mismo. El Obispo Austríaco AloisHudal adoptó este término tanto para el fenómeno austriaco en general como así también para sí mismo. AloisHudal también recordó la descripción de Benito Mussolini del gobierno austriaco en (1930) como “el Sistema Clerical Dollfuss”. El concepto “clerofascista” fue usado en la prensa austriaca y en el discurso político popular durante (1930) para describir los populares movimientos austriacos combinando la Encíclica Católica con el principio del Führer. En (1949) una publicación comunista austriaca usó el término al referirse a Theodor Innitzer, y  advirtió sobre un “Klosterreich”  o “Monasterio Reich” recurrente.
El Pastor Protestante
y Obispo de Reich
Johann Heinrich Ludwig Müller y
el Sacerdote Católico Abbot Schachleitner.
La cooperación entre la religión y los gobiernos fascistas es generalmente usada contra la amenaza común del Comunismo Ateo Internacional (Bolchevismo) o movimientos de trabajadores algunas veces locales, añadiendo el aspecto religioso, racial y nacionalista. Muchos niegan y algunos han pedido perdón, pero la totalidad de la verdad no es todavía completamente conocida por la mayoría sobre la relación estrecha, de cooperación y apoyo entre los regímenes fascistas de Europa desde los años (1920) a los (1940) y el Cristianismo (Iglesia Católica con el Papa Pío XII, la Iglesia Evangélica del Reich o Deutsche EvangelischeKirche con el Pastor Protestante y Obispo del Reich Johann Heinrich Ludwig Müller, el Movimiento Alemán Cristiano o Movimiento de los Cristianos Alemanes o Deutsche Christen e Iglesia Adventista del Séptimo Día) y el Islam (bajo el mando de Haj Mohammed Amín Al Husseini) en  Alemania Nazi. No obstante, el Nazismo o Nacionalsocialismo en Alemania de Adolf Hitler, el Fascismo Italiano bajo Benito Mussolini, el Fascismo Español o Franquismo de Francisco Franco, la Guardia de Hierro de Rumania, así como la Dictadura Portuguesa de Antonio de Oliveira Salazar, el Régimen Clero-Fascista de JozefTiso en Eslovaquia, el Rexismo o ChristusRex (Cristo es el Rey) de Bélgica, la Cruz Flechada de Hungría y la Ustacha de Croacia son pruebas históricas contundentes de los regímenes apoyados por el Cristianismo durante el s. XX.
“La svástica en el pecho y la cruz en el corazón”
. (Movimiento Alemán Cristianos).
El fascismo se caracteriza por su método de análisis o estrategia de difusión de juzgar sistemáticamente a los seres humanos no por su responsabilidad personal sino por la pertenencia a un colectivo étnico, político o religioso. Aprovecha demagógicamente los sentimientos de miedo, inseguridad y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y la propaganda, y los desplaza contra un “enemigo común” (real o imaginario, interior o exterior), que actúa de chivo expiatorio frente al que volcar toda la agresividad de forma irreflexiva, logrando la unidad y adhesión (voluntaria o por la fuerza) de la población. La desinformación, la manipulación del sistema educativo y un gran número de mecanismos de encuadramiento social, vician y desvirtúan la voluntad general hasta desarrollar materialmente una oclocracia que se constituye en una fuente esencial del carisma de liderazgo y en consecuencia, en una fuente principal de la legitimidad del “Caudillo”. El fascismo es agresivo, expansionista y militarista, utiliza los mecanismos movilizadores del irredentismo territorial y el imperialismo internacional (entendido como una política exterior expansiva agresiva y militarista, que proporciona una útil identificación de intereses en el interior, volcando las energías hacia un enemigo común evitando la expresión de los conflictos internos) que ya habían sido experimentados por el nacionalismo del s. XIX. De hecho, el fascismo es ante todo un ultranacionalismo religioso exacerbado que identifica “Tierra, Religión, Pueblo y Estado” con el “Partido” y su “Líder”. Generalmente el fascismo se apoya en reivindicaciones irredentistas, concretas o genéricas, próximas en el tiempo o lejanas, tomadas de mitos del pasado, lo que refuerza su carácter romántico, religioso e ideológico. Su relación con la realidad histórica es contradictoria, buscándose la intemporalidad: Por un lado se sublima el futuro utópico, a crear por el “Estado Novo” (“Estado Nuevo”, en Portugal o Brasil) donde el “hombre nuevo, portador de valores eternos”, tendrá su expresión en la “unidad del destino en lo universal”. Por otro lado, se insiste en recuperar el esplendor de un pasado mítico, y también las denominaciones de sus regímenes aluden a eso (el “Tercer Reich” en Alemania bajo Adolf Hitler, la “Terza Roma” o “Tercera Roma” en Italia bajo Benito Mussolini, la “Tercera Civilización Helénica” en Grecia bajo IoannisMetaxas).
Adolf Hitler fue admirador
del fundador del Protestantismo, Martín Lutero.
El fascismo tuvo una base racial en Alemania, aunque no en Italia (al menos inicialmente, hasta 1938); los nazis construyeron una amalgama ideológica de gran eficacia movilizadora a partir de fuentes mitológicas y literarias, y supersticiones de carácter romántico, así como de los textos clásicos dedicados a consagrar la desigualdad de las razas y de publicaciones y panfletos de carácter ocultista y esotérica; destacando 2 elementos: “El mito de la raza aria superior de origen nórdico e indoeuropeo” (que mezcla la hipótesis filológica de la existencia de un pueblo indoeuropeo original con la pseudocientífica teoría nórdica, sustentada por algunos autores como Houston Stewart Chamberlain) y el “antisemitismo” (que se había reavivado desde la divulgación de los “Protocolos de los Sabios de Sión”, falsificados para la justificación de los “Pogromos de la Rusia Zarista”)”.
El Antisemitismo estaba presente en muchos países de Europa Occidental, Central y Oriental desde la Edad Media, y fue uno de los elementos que se utilizaron en los mismos para el surgimiento endógeno de movimientos fascistas. A ello se sumó la ocupación nazi y los gobiernos fascistas y colaboracionistas impuestos, que explotaron a conciencia ese sentimiento para su propia conveniencia. El resultado fue que en muchas ocasiones los verdugos de las SS (en alemán “Schutzstaffel”, “Escuadrón de Protección”) eran superados en crueldad por soldados de países aliados, a los que tenían que contener (por ejemplo en Rumanía), o se producían matanzas espontáneas de judíos a cargo de la población local, como la llamada “Matanza de Jedwabne” en Polonia.
El racismo entendido en su expresión puramente biológica, es decir, la intelectualización de la supremacía racial, no está presente en todos los movimientos fascistas, además de estar presente en otros contextos cuya relación con el fascismo es más controvertida, como la supremacía blanca en EUA o el Apartheid en Sudáfrica. Lo que sí aparece como una constante del fascismo, y para muchos autores lo caracteriza de racismo, es la concepción de la “etnicidad” como elemento de “identidad colectiva superior”. Esa identidad étnica puede expresarse de otras formas, como las que atienden al origen geográfico (caso de la xenofobia y racismo de los movimientos neofascistas o neonazis que se oponen a la inmigración en muchos países europeos desde finales del s. XX).
En Italia se dio a partir de (1924) un fuerte proceso que se denominó “Italianización Fascista” que pretendía homogeneizar toda diferencia idiomática y cultural, acabando con cualquier minoría por asimilación o absorción (en vez de por exterminio como ocurrió en el “Holocausto Nazi”).  En el caso de España existió una expresión ideológica hispanista -que no debe confundirse con el hispanismo de los estudiosos extranjeros de la lengua y cultura española-, que en algunas ocasiones se ha definido como “panhispanismo”, y que no puede definirse como un racismo estricto, aunque sí una hipervaloración de las características étnicas, religiosas, morales, socioculturales, políticas e idiomáticas identificadas con lo español, sobre todo en relación con su expansión por Latinoamérica. Fue mantenida particularmente por las élites sociales de varios países hispanoamericanos, destacadamente en Argentina, y se expresó en el concepto de “Hispanidad” (acuñado por el Sacerdote Católico Vasco emigrado a Argentina Zacarías de Vizcarra —“La Hispanidad y Su Verbo”, 1926 y divulgado por Ramiro de Maeztu —“Defensa de la Hispanidad”, 1934—). Se llegó a instituir el 12 de octubre como fiesta del “Día de la Hispanidad”, que ya venía celebrándose con el inequívoco nombre de “Día de la Raza” desde (1915) (a iniciativa de Faustino Rodríguez-San Pedro) y que se extendió por Hispanoamérica.
13ª División de Montaña SS Handschar
 o 13te Waffen-Gebirgs-Division der SS Handschar.
Las ideas o más bien tópicos de “Raza, Hispanidad e Imperio” eran indistinguibles en la retórica de la Falange Española que heredó el Franquismo, y el propio Francisco Franco Bahamonde escribió el guión de la película “Raza” (1941), cuyos elementos ideológicos más incómodos (por su evidente identificación con los fascismos derrotados en 1945) se autocensuraron en posteriores montajes. Otro elemento fue aún más étnicamente excluyente: “El de Antiespaña, que definía como antiespañol a todos los elementos que se consideraban nocivos y que degeneraban la raza española (rojos o comunistas, socialistas, liberales, demócratas, masones y separatistas)”. En España hubo incluso un programa pseudocientífico, a cargo del Coronel-Psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, que pretendía identificar y suprimir el “gen rojo”, con participación de miembros de la Gestapo (en alemán “GeheimeStaatsPolizei”, “Policía Secreta del Estado”) en el bando sublevado durante la Guerra Civil Española (1936 – 1939). El nuevo clima intelectual y político posterior a la derrota de las Potencias del Eje Roma-Berlín-Tokio hizo abandonar discretamente estas posturas, por otras que insistían en la retórica de la misión evangelizadora y el mestizaje como rasgos de “lo español”.
El fascismo aspira a intervenir en la totalidad de los aspectos de la vida del individuo. La filósofa alemana Hannah Arendt (1906 – 1975) entendía que la “masificación de la sociedad contemporánea llevaba al individuo a la soledad, el terreno propio del terror, la esencia del gobierno totalitario”. El fascismo se legitima afirmando la dependencia del individuo respecto al Estado y al Líder, liberándole de esa manera de su “miedo a la libertad” (expresión de Erich Fromm). Su individualidad no tiene sentido, porque la realización de un ser humano sólo se entiende en el fascismo dentro de los vínculos socio-racial-espirituales de los que el Estado es la culminación. Cualquier forma de acción individual o colectiva ajena a los fines del Estado es rechazada. No existen derechos individuales ni colectivos. En el fascismo se lleva a cabo una “estatalización” de todos los ámbitos de la vida: Económica, Social, Política, Cultural, Religiosa, Moral e Ideológica. El encuadramiento, control y vigilancia social se efectúa con todos los medios de la propaganda, con adopción de uniformes y lenguaje militar y uso masivo de los símbolos y lemas patrióticos, religiosos y de adoctrinamiento. Las grandes concentraciones y movilizaciones colectivas de todo tipo buscan formar la “conciencia unitaria y homogénea”, llegando a extremos curiosos (como el día de comer patatas que se instauró en Alemania). El fascismo desdeña las instituciones tanto del Estado Comunista y Socialista como del Estado Republicano y Liberal y sustituye el voto como expresión de la voluntad popular por las expresiones masivas de apoyo al “Líder”. La identificación de pueblo y Estado se hace en un “todo orgánico”, el de un organismo casi-biológico y autónomo cuyos miembros han de responder a las órdenes de la mente directora. Esta identificación también está presente en la ideología del Integralismo, iniciada en Portugal y desarrollada en Brasil. El adjetivo “orgánico” se utilizará profusamente en las últimas etapas del Franquismo (definido como una “Democracia Orgánica”). Adolf Hitler utilizaba el plebiscito como arma en las relaciones internacionales: Sus grandes decisiones son apoyadas por plebiscitos de apoyo masivo utilizados como amenaza: El Líder Fascista se presenta como portavoz de la nación unificada que habla con una sola voz. Esto refuerza otro de sus elementos principales: El “liderazgo carismático”. El líder es casi divino y su liderazgo no es racional: “Führer, Duce, Vodka, Poglavnic, Caudillo”. Benito Mussolini opuso a los principios de la Revolución Francesa (1789) de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” la consigna de “Creer, Obedecer y Combatir”.

Zar Boris III y la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria.
 El Zar Boris III
gobernó Bulgaria con poder absoluto (1918-1943)
con la bendición del clero ortodoxo,
y puso a Bulgaria del lado nazi alemán en
la Segunda Guerra Mundial.
Las conexiones del fascismo con movimientos intelectuales y artísticos(estético-artísticos como el “futurismo” )e intelectual-filosóficos, (como el “irracionalismo”, el “voluntarismo” y el “vitalismo”) supusieron en realidad, más que su influencia, su utilización y manipulación, que fue atractiva (en mayor o menor medida, con mayor o menor grado de compromiso o simple contemporización, y a veces con evolución posterior en contra) para muchas personalidades intelectuales destacadas: Italianos como Gabrielle D'Annunzio, Filippo Tommaso Marinetti, CurzioMalaparte o Luigi Pirandello; Alemanes como Martin Heidegger, Oswald Spengler, Ernst Jünger, Carl Schmitt, Wilhelm Furtwängler o Herbert von Karajan; Franceses como Robert Brasillach, Louis-Ferdinand Céline o Pierre Drieu La Rochelle; españoles como Ernesto Giménez Caballero, Dionisio Ridruejo, Pedro Laín Entralgo o Eugenio D'Ors; Noruegos como KnutHamsun, Rumanos como MirceaEliade y Émile Michel Cioran; e incluso estadounidenses como EzraPound. En concreto en el caso de Alemania Nazi, ocurrió con tópicos culturales como el del superhombre del filósofo, filólogo, escritor y poeta alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 – 1900), o incluso con las desviaciones pseudocientíficas justificadoras del racismo, como la “eugenesia” y el “darwinismo social”. El arte, la literatura, la música y la ciencia fueron los principales objetos de consideración, encuadrados y subordinados de forma totalitaria al Estado y al Partido. El Nazismo pretendía demostrar mediante la ciencia de la biología, la teoría de la evolución por selección natural de Charles Robert Darwin (1809 – 1882) y las leyes de la herencia de Gregor Johann Mendel (1822 – 1884), de modo pseudocientífico la realidad de la raza aria pura. Cualquier idea emanada del Líder Carismático es un dogma indiscutible y absoluto, y una directriz a seguir ciegamente, sin discusión argumentativa ni poder ser sometida a análisis racional o a los hechos. Se exaltan los valores de la virilidad, la agresividad, la violencia, la fuerza, el orgullo, el patriotismo, la camaradería y el compañerismo de los “hermanos de armas”, todo ello en sintonía con algunas tradiciones militaristas existentes en todos los ejércitos, pero que fueron exacerbados para su utilización por Estados cuya conexión con el fascismo es más o menos estrecha.

Benito Mussolini y Adolf Hitler.
El expansionismo hacia el exterior es considerado como una “necesidad vital”, casi orgánica: “El “lebensraum” (“espacio vital”) hacia el Este para Alemania, o el “Imperio Mediterráneo para Italia”. Francisco Franco Bahamonde diseñó unas “Reivindicaciones Españolas”, que exhibió ante Adolf Hitler en su famosa “Entrevista de Hendaya” del año 1941. Las relaciones internacionales, basadas en la renuncia a la guerra, que se querían construir desde la Sociedad de Naciones, eran despreciadas; al igual que el pacifismo, considerado débil, degenerado y decadente. El fascismo sólo concibe un estado de naturaleza “hobbesiano” con la imposición y expansión del más fuerte.
La vinculación de las dictaduras y los regímenes militares con el fascismo es un asunto controvertido, pues todo régimen impuesto por la fuerza suele ser acusado de fascismo, fundamentalmente a efectos polémicos, igual que se les califica de tiranías y despotismos. Aunque no todo gobierno militar es fascista, ni los fascismos alcanzaron siempre el poder de forma violenta (como es el caso del Nacionalsocialismo o Nazismo), sí que se caracterizaron por sus actividades violentas antes y después de su toma del poder, y por su desprecio explícito por la legalidad institucional republicana, liberal y comunista. La violencia tiene un valor positivo para el movimiento fascista: “Es una fuerza de cambio, al igual que la juventud, que también es exaltada”. Se utilizaban todo tipo actividades intimidatorias: desde las purgas con aceite de ricino (habituales en los “fasci di combattimento” antes de la “Marcha sobre Roma"), los destrozos de mobiliario o tiendas (“Noche de los Cristales Rotos” contra los judíos alemanes) o las palizas; hasta el asesinato de los adversarios políticos o de los objetivos considerados enemigos sociales. Se aplicaba extensivamente la expresión de José Antonio Primo de Rivera la “dialéctica de los puños y de las pistolas”. Los agentes ejecutores podían ser los aparatos del Estado, pero más frecuentemente fueron grupos juveniles organizados paramilitarmente. Una vez generalizada, y demostrada la impunidad de quienes la ejercen, la represión política opera como un mecanismo por el cual no solamente el que la recibe directamente pierde la libertad: sino que la sociedad entera (al reprimirse cada uno de sus miembros a sí mismo, temeroso de sufrir el mismo castigo) pierde la libertad para todos.*

FRASES Y CITAS –TRISTEMENTE- CELEBRES: RELIGIONES Y EL REGIMEN NAZI



“He seguido a la Iglesia Católica al darle al programa de nuestro partido el carácter de finalidad inalterable, como el Credo. La Iglesia Católica nunca ha permitido que se interfiriera con el Credo. Hace 1500 años que fue formulado, pero cada sugerencia de que fuera corregido, cada crítica lógica o ataque sobre él, han sido rechazados. La Iglesia Católica se ha dado cuenta de que cualquier cosa y todo puede ser cimentado sobre un documento de esta clase, sin importar cuán contradictorio o irreconciliable con él sea. Los fieles se lo tragarán entero, siempre que al razonamiento lógico no se le permita nunca tocarlo”. (Adolf Hitler 1889-1945, Dictador Alemán, Fundador del Nacionalsocialismo o Nazismo en “Rauschning”, “La Voz de la Destrucción”).

“Estamos convencidos de que la gente necesita y requiere la fe. Por lo tanto hemos llevado a cabo la lucha contra el movimiento ateo, y esto no sólo con unas pocas declaraciones teóricas: Lo hemos aplastado”. (Adolf Hitler, en un Discurso en Berlín, 24 de octubre de 1933).

“El hecho de que el Vaticano esté concluyendo un tratado con la Nueva Alemania significa un reconocimiento del Estado Nacionalsocialista por parte de la Iglesia Católica. Este tratado muestra a todo el mundo, clara e inequívocamente, que la afirmación de que el Nacionalsocialismo es hostil a la religión es una mentira”. (Adolf Hitler escribiendo al Partido Nazi, 22 de julio de 1933).

“El Gobierno Nacional ve en las confesiones cristianas importantes factores de conservación de nuestra nacionalidad. Reservará y asegurará a las confesiones cristianas en la escuela y en la educación la influencia que les corresponde. Es una preocupación suya la leal coexistencia entre Iglesia y Estado”. (Adolf Hitler, 1933).

“El Gobierno Nacional considera como su deber principal revivificar en la nación el espíritu de unidad y cooperación. Preservará y defenderá aquellos principios básicos por los cuales fue edificada nuestra nación. Considera la Cristiandad como la fundación de nuestra moralidad nacional, y la familia como la base de la vida nacional”. (Adolf Hitler, en “Mi Nuevo Orden”, Proclamación a la Nación Cristiana Alemana).

“Me limito a hacer lo que la Iglesia Católica lleva haciendo 1600 años”. (Adolf Hitler, 26 de abril de 1933, en una reunión con el Obispo Católico Wilhelm Berning de Osnabrûck y Monseñor Steimann, Prelados Representantes de la Iglesia Católica en Alemania).

“Las escuelas seculares no pueden ser toleradas nunca, porque tales escuelas no tienen instrucción religiosa, y una instrucción moral general sin base religiosa está construida sobre el aire; consecuentemente, todo el entrenamiento del carácter y la religión deben derivarse de la fe. Necesitamos gente creyente”. (Adolf Hitler, 26 de abril de 1933, en un Discurso durante las negociaciones que llevaron al Concordato entre el Nazismo y el Vaticano).

“El fundador del cristianismo no mantuvo secreta en absoluto su apreciación del pueblo judío. Cuando lo consideró necesario, Él expulsó a esos enemigos de la raza humana fuera del templo de Dios”. (Adolf Hitler, “Mi Lucha”).

“Mi sensación como cristiano me lleva a ser un combatiente para mi señor y salvador. Me lleva al hombre que, contemporáneamente solo y con solamente algunos seguidores, reconoció a los judíos para cuáles eran, y los hombres invitados a luchar contra ellos. Como cristiano, debo algo a mi gente”. (Adolf Hitler)

“Estoy convencido de que actúo como agente de nuestro Creador. Al combatir a los judíos estoy haciendo la voluntad del Señor”. (Adolf Hitler).

“La Iglesia Católica consideraba a los judíos como pestilentes por 500 años, por esto los puso en ghettos, porque les reconoció a los judíos lo que eran. Reconozco a los representantes de esta raza como pestilente para el Estado y para la Iglesia y quizás de tal modo estoy haciendo para el cristianismo un gran servicio empujándolos fuera de escuelas y de los cargos públicos”. (Adolf Hitler, 26 de abril de 1933).

“La grandeza del cristianismo no estuvo en intentar negociaciones de compromiso con otras opiniones filosóficas similares del mundo antiguo, sino en su inexorable fanatismo al predicar y pelear por su propia doctrina”. (Adolf Hitler, "Mi Lucha", Vol. 1, Cap. 12).

“Soy ahora, como antes, católico, y siempre lo seré”. (Adolf Hitler, al General Gerhard Engel, 1941).

“El pueblo alemán no es heredero del pecado original, sino noble por naturaleza”. (Adolf Hitler).

“Debo cumplir con mi misión histórica y la cumpliré porque la Divina Providencia me ha elegido para ello”. (Adolf Hitler, 12 de febrero de 1938).

“Sigo el camino que me marca la Divina Providencia con la precisión y seguridad de un sonámbulo”. (Adolf Hitler, 1936, Renania, Alemania).

“No existe más que una doctrina política: La de nacionalidad y patria. Tenemos que asegurar la existencia y el incremento de nuestra raza y de nuestro pueblo, para que nuestro pueblo cumpla la misión que el Supremo Creador le tiene reservada”. (Adolf Hitler).

“Aprendí mucho de la Orden de los Jesuitas. Hasta ahora, nunca ha existido en la Tierra nada más grandioso que la organización jerárquica de la Iglesia Católica. Yo transferí a mi partido mucho de esta organización”. (Adolf Hitler, en el Libro “La Historia Secreta de los Jesuitas”, publicado por Chick Publicaciones).

“La Iglesia Católica debe servirnos de ejemplo, ya que a pesar de que su cuerpo doctrinal está en colisión en muchos puntos -y en parte inmotivadamente, con el estudio de las ciencias exactas y la investigación, jamás se resigna a sacrificar ni un ápice del contenido de su doctrina. Con razón supo conocer que su fuerza de resistencia no consiste en adaptarse con más o menos habilidad a los resultados siempre variables de la investigación científica en el transcurso del tiempo, sino en el hecho de un aferramiento inquebrantable a sus dogmas ya expuestos, que son los que le dan al conjunto el carácter de una fe. He ahí por qué la Iglesia Católica se mantiene hoy más firme que nunca”. (Adolf Hitler).

“Gott Mit Uns” (“Dios está con Nosotros”).
 EM Cinto del Ejército Alemán
 (Acero estampado, 1937 diseño de “R S & S”
para Richard Sieper & Sohne Ludenscheid).
“El pastor protestante como el sacerdote católico, contribuyeron decididamente a mantener el espíritu de nuestra resistencia no sólo en el frente de batalla, sino ante todo, en los hogares”. (Adolf Hitler).

“El más ferviente protestante puede alinearse al lado del más ferviente católico, sin que jamás surjan para él problemas de conciencia por su convicción religiosa”. (Adolf Hitler).

“La idea fue organizar un tipo de Estado Corporativo Cristiano según las clases, lo cual sería soportado por las Iglesias, en el oeste por las católicas y en el este por las protestantes y por el Ejército”. (Fritz Von Thyssen, industrial católico y el financista de Adolf Hitler, “Pio XII, como  Nuncio, llevó a Hitler al poder”, 1940).

“Ustedes los Einsatztruppen Fuerzas de Tareas han sido convocados para cumplir con un deber repulsivo. Pero son soldados que tienen que llevar a cabo cada orden incondicionalmente. Ustedes tienen una responsabilidad ante Dios y Adolf Hitler por todo lo que está sucediendo. Yo mismo odio este trabajo sangriento y lo siento hasta el fondo de mi alma. Pero estoy obedeciendo a la ley más alta al cumplir con mi deber. El hombre debe defenderse a sí mismo contra los chinches y las ratas... contra las alimañas”. (Heinrich Himmler 1900-1945, Militar Nazi Alemán en un Discurso a los Guardias de la SS).

“El fascismo es una concepción religiosa en la que un hombre es visto bajo la perspectiva de su relación inmanente con una Ley Superior y con una Voluntad objetiva que trasciende al individuo particular y le eleva a la pertenencia consciente a una sociedad espiritual. Cualquiera que no haya visto en las políticas religiosas del régimen fascista nada más que mero oportunismo, no ha entendido que el fascismo, aparte de ser un sistema de gobierno, es también, y sobre todo, un sistema de pensamiento”. (Benito Mussolini, 1883-1945, Dictador Fascista Italiano).

“Llamamos a los cristianos a participar en la gran hora que acaba de sonar y reconocer en ella una misión confiada por Dios a su Iglesia. La Iglesia debe integrarse en el Tercer Reich, ser puesta al ritmo de la revolución nacional, ser modelada por las ideas del nazismo. Llamamos a Adolf Hitler a interpretar las Escrituras. Dios ha marcado a Alemania con su sello”. (Manifiesto del Movimiento Alemán Cristiano o Movimiento de los Cristianos Alemanes en 1933).

“Una nación, una raza, un Führer”. (Movimiento Alemán Cristiano o Movimiento de los Cristianos Alemanes).

Símbolos de la Ustacha:
 La cruz cristiana, el cuchillo, la granada y la pistola.
“Alemania es nuestra misión. Jesucristo es nuestra fuerza”. (Movimiento Alemán Cristiano o Movimiento de los Cristianos Alemanes).

“La svástica en el pecho y la cruz en el corazón”. (Movimiento Alemán Cristiano o Movimiento de los Cristianos Alemanes).

“Dios me ha creado alemán. Ser alemán es un don del Señor. Dios quiere que combata por mi germanismo”. (Movimiento Alemán Cristiano o Movimiento de los Cristianos Alemanes).

“Servir en la guerra no es una violación de la conciencia cristiana sino obediencia a Dios”. (Movimiento Alemán Cristiano o Movimiento de los Cristianos Alemanes).

“Saludamos a nuestro Führer, dando gracias a Dios por la viril acción y las claras palabras que han devuelto el honor a Alemania. Nosotros, pastores evangélicos, aseguramos fidelidad absoluta y encendidas plegarias”. (Martin Niemoller, Teólogo Protestante Alemán, quien luego se convertiría en uno de los mayores opositores del Nazismo, 1933).

“Nosotros, los cristianos alemanes, creemos por unanimidad que le espera un destino muy importante al pueblo alemán de la mano de Adolf Hitler y con todo corazón nos asociamos a él”. (JoachimHossenfelder, Pastor Protestante).

“Martin Lutero ha dicho que un campesino puede ser más piadoso mientras ara la tierra que una monja cuando reza. Nosotros decimos que un nazi de los Grupos de Asalto está más cerca de la voluntad de Dios mientras combate, que una Iglesia que no se une al júbilo por el Tercer Reich”. (JoachimHossenfelder, Pastor Protestante).

“La cruz en forma de svástica y la cruz cristiana son una misma cosa. Si Jesús tuviera que aparecer hoy entre nosotros sería el líder de nuestra lucha contra el marxismo y contra el cosmopolitismo antinacional”. (Doctor Wieneke-Soldin, Pastor Protestante).

“En la persona del Führer nosotros vemos al enviado de Dios que sitúa a Alemania delante del señor de la historia, que nos llama a abandonar el culto de los muertos, el culto de los fariseos y los levitas por el servicio sagrado del samaritano. Por eso, en nuestra calidad de hombres que quieren ser pastores, tomamos partido por él. Su combate y su victoria han sido tan estimulantes para las iglesias como para los otros dominios de la vida popular. En la noche espesa de nuestra historia cristiana y eclesiástica, Adolf Hitler ha aparecido para nuestro tiempo como la transparencia maravillosa, como la ventana por la que la luz caía sobre la historia del cristianismo. A través de él, podemos ver al Salvador actuando en la historia de los alemanes”. (SiegfriedLeffler, Pastor Protestante, 1935).

“Dios ha enviado a Adolf Hitler en auxilio del pueblo alemán. El nacionalsocialismo, comprendida la legislación judía, es la ley de Dios para el pueblo alemán. Adolf Hitler es el portavoz de Dios. Ayudar a Adolf Hitler en su trabajo es servir a Dios, sabotear su trabajo es servir al Diablo”. (Heinz Weidemann, Obispo de Brema, 1936).

“Ser cristiano no significa para nosotros nada más que poseer la fuerza de sostener el programa nacional-socialista”. (SiegfriedLeffler, Pastor Protestante, en el Palacio de los Deportes de Berlín, en 1938).

“Nosotros como sus colaboradores en la casa de publicaciones, y como también en el campo de actividades misioneras, estamos grandemente agradecidos por nuestro interés en la historia pasada y por todo lo ocurrido lo cual movió hondamente nuestros corazones. El Dios eterno ahora como nunca antes ha hecho cosas de que no teníamos ni esperanzas y ni siquiera creerlas podíamos. Austria había sido colocada en una situación como la que ocurrió en tiempo de la “Edad Media”, pero en la última hora una mano temerosa de Dios ha rescatado esta tierra alemana que se hallaba en el abismo”.  (“El Advenimiento”, Periódico Oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Alemania, abril 15 de 1938).

“Nadie más que Adolf Hitler era el señalado para esta grande tarea. Para los cristianos que conocemos nuestros deberes con la nación, como ciudadanos no tendremos más que hacer que dar nuestro voto por Alemania y el Führer en estas elecciones que se aproximan. Nuestra unidad como pueblo es un don de Dios, y la organización política de este pueblo está en el orden de Dios”. (“El Advenimiento”, Periódico Oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Alemania, abril 15 de 1938).

“Nosotros como ciudadanos del Estado nos unimos a la Unidad del Pueblo, y este es el deber de la escuela de fomentar el Espíritu Nacionalsocialista. La mayoría de nuestros alumnos pertenecen a la Juventud Hitleriana, a la Liga de las Jóvenes Alemanas, y a la Cruz Roja. Diariamente entre las 3 y 4 horas de clases profesores y alumnos de la escuela nos reunimos en el auditorio para escuchar después de los anuncios de la escuela una diaria descripción que hace el Gobierno sobre las condiciones políticas y económicas, para leer literatura socialista nacional, y también para cantar himnos alemanes. Estas cordiales reuniones son también parte de nuestra educación nacional”. (“El Advenimiento”, Periódico Oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Alemania, noviembre de 1938).

“La confianza en su pueblo ha dado al Führer la fortaleza para llevar adelante la lucha por la libertad y el honor en Alemania. La inconmovible fe de Adolf Hitler le ha permitido hacer grandes cosas, que le adornan hoy delante de todo el mundo. Desinteresada y fielmente, ha luchado por su pueblo; valerosa y orgullosamente, ha defendido el honor de su nación. Con humildad cristiana, en momentos importantes cuando podía celebrar con su pueblo, dio honor a Dios en el cielo y reconoció su dependencia de las bendiciones de Dios. Esta humildad lo ha hecho grande, y esta grandeza era la fuente de su bendición, de la cual siempre dio para su pueblo. Sólo unos pocos estadistas brillan tanto en el sol de una vida bendecida, y son tan alabados por su propio pueblo como el Führer. Él ha sacrificado mucho en los años de su lucha, y ha pensado poco en sí mismo durante la difícil obra en favor de su pueblo. Comparamos las innumerables palabras que le ha dicho al pueblo desde un corazón cálido, a semillas que han madurado y ahora llevan frutos maravillosos”. (“MorningWatch Calendar”, Periódico Adventista, 1940).

 ““¡Qué gloriosa es la hora de la victoria!”. Nosotros, los que fuimos privados de victoria y vergonzosamente engañados de paz verdadera, tenemos ahora, la oportunidad de saborearla en sosiego, con profunda alegría y sin ninguna arrogancia. Pero nosotros debemos seguir luchando y sacrificándonos. Esto es claro y tiene su por qué. Pensar en victoria significa grandes responsabilidades. Un pueblo que su enemigo no puede poner en miedo con armas ni con tretas no tendrá miedo de luchar hasta lo último, haciendo todo esfuerzo, para obtener el blanco propuesto, y esto lo hará no abstenerse de no cumplir con sus grandes deberes futuros. Nosotros estamos en el mundo para guerrear y trabajar, todo el que conoce las batallas de la fe, también conocerá que nuestra fe es la victoria. Ellos estarán listos para la doble razón; ellos irán adelante en la batalla y la responsabilidad para con su nación y al mismo tiempo portarán el estandarte de la verdad del acontecimiento final”. (“El Advenimiento”, Periódico Oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Alemania, julio 15 de 1940).

“El incendio de las sinagogas es el momento de la coronación del combate divinamente bendito del Führer para la emancipación definitiva del pueblo alemán”. (Martín Sass, Obispo de Turingia, 1938).

“Nosotros, los católicos alemanes apoyaremos con toda nuestra alma y plena convicción a Adolf Hitler y su gobierno. El catolicismo alemán tiene que participar activamente en la edificación del Tercer Reich”. (Franz von Papen).

“El Tercer Reich es la primera potencia mundial que no sólo reconoce, sino que pone en práctica los elevados principios del Papado”. (Franz von Papen).

“Los Católicos deben de apoyar a Adolf Hitler. No deben de temer en hacerlo. Porque los ideales de Adolf Hitler son ideales nobles”. Ludwig Kaas (Sacerdote Católico y Político Alemán).

“Es el deber de todo católico, y de toda nación civilizada, derrotar y aplastar al comunismo ateo, encarnado en la Rusia Soviética Atea”. (Conde von Galen, Arzobispo Católico, Munster, 1936).

“La influencia corruptora judía ha sido activa en el cristianismo en el curso de la historia. El deber obligatorio y sin escapatorias de la Iglesia y del cristianismo es desembarazarse del judaísmo. Es una obligación para el futuro de la cristiandad”. (Del Programa del Instituto para la investigación y la eliminación de la influencia judía en la vida de las iglesias alemanas, 1939).

“No hay otra solución al problema judío que la siguiente: La batalla… hasta que el mundo esté totalmente en manos judías o completamente purgado de judaísmo…, podemos proclamar orgullosamente delante del mundo entero, el mundo de hoy y el de mañana, que hemos aprovechado la oportunidad con la firme intención de resolver la cuestión judía de una vez por todas”. (De una Carta Informativa, 1944).

“Los judíos eran responsables de su destino, Dios los había elegido, pero ellos negaron y mataron a Cristo. Y cegados por su sueño de triunfo mundial y éxito materialista, se merecen la ruina material y espiritual que se han echado sobre sí mismos”. (Eugenio María Giovanni Pacelli, Papa Pío XII, durante la “Noche de los Cristales Rotos”, en 1938).

“Con gran júbilo me dirijo a ustedes, los hijos más queridos de la España Católica, para expresar nuestras felicitaciones paternales por el regalo de la paz y la victoria con la cual Dios ha elegido coronar al heroísmo cristiano de vuestra fe. Nosotros le damos, nuestros queridos hijos de la España Católica, nuestra bendición apostólica”. (Eugenio María Giovanni Pacelli, Papa Pío XII, felicitando al General Francisco Franco Bahamonde por su victoria en la Guerra Civil Española, el 17 de abril de 1939).

“España acaba de dar a los profetas del ateísmo materialista de nuestro siglo la prueba más excelsa de que por encima de todo están los valores de la religión y del espíritu”. (Eugenio María Giovanni Pacelli, Papa Pío XII, felicitando al General Francisco Franco Bahamonde por su victoria en la Guerra Civil, 1939).

“Benito Mussolini es un enviado de la Divina Providencia”. (Papa Pío XI)

“La Iglesia Católica vive en forma de capitalismo”. (Monseñor Seipel, conocido como el “El Cardenal sin Misericordia”).

“¿Es cristiano lo que se hace en nuestro país con los judíos? ¿Es humano, no es un crimen? Yo me pregunto: ¿No es cristiano que la nación quiera librarse de su enemigo eterno? Resulta indudable que el elemento judío siempre ha amenazado a los eslovacos y hubiera sido aún peor si no hubiéramos hecho una limpieza. Y es más, hemos hecho todo por orden de Dios”. (JozefTiso, Sacerdote Católico y Jefe del Estado Eslovaco, Ciudad de Holíc, en agosto de 1942).

“Los obreros eslovacos pueden descansar seguros de que no necesitan soñar con un supuesto Paraíso Bolchevique, o esperar un orden más justo de los extranjeros del este. Los principios de la religión les enseñarán lo que significa un orden social justo”. (JozefTiso, Sacerdote Católico y Jefe del Estado Eslovaco, 17 de abril de 1943).

“Agradezco al cielo por un hombre como Adolf Hitler, quien levantó una línea de defensa contra el Anticristo del Comunismo”. (Frank Buchman, Pastor Protestante, EUA, 25 de agosto de 1936).

El Sol Negro
(en alemán "Schwarze Sonne", "Rueda Solar"),
diseño empleado
en el mosaico del Castillo de Wewelsburg.
 símbolo 
esotérico
“Benditos sean los cañones si en las brechas que abren florece el Evangelio”. (Miguel de los Santos Díaz y Gómara, Obispo Católico Franquista de Cartagena, España).
“La guerra es necesaria y una gran escuela forjadora de hombres”. (Enrique Pla y Deniel, Obispo Católico Franquista de Salamanca, España).

“¡Que Dios nos dé un Benito Mussolini!”. (Obispo Católico Leopoldo Ruiz Flores, México).

“Españoles: Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio, pido a Dios que me acoja benigno a su presencia, pues quise vivir y morir como católico”. (Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde, Dictador Español).

“Adolf Hitler, hijo de la Iglesia Católica, murió mientras defendía el cristianismo. Y sobre sus restos mortales se erige su victoriosa figura moral. Con la palma del mártir; Dios le da a Adolf Hitler los laureles de la victoria”. (Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde, 3 de mayo de 1945).

“Allah nos ha conferido el extraño don de terminar lo que Adolf Hitler comenzó. ¡Que comience la Yihad! ¡Maten a los judíos! ¡Mátenlos a todos ellos!”. (Haj Mohammed Amin Al Husseini 1895 - 1974, Muftí de Jerusalén y Presidente del Congreso Islámico Mundial).

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